En esta ocasión voy a hablar de una disciplina que cuando se
aborda en un contexto didáctico puede resultar muy estimulante tanto para los
estudiantes como para los que guían el proceso de aprendizaje: la creación de videojuegos.
Los vínculos entre educación y videojuegos, bien planteados,
siempre han sido muy fructíferos, puesto que implican una experiencia de
proyecto de gran valor donde los alumnos diseñan y producen experiencias
complejas de usuario.
Las cuestiones a tratar -más allá de los planteamientos
puramente técnicos y estéticos, como puedan ser la confección del guión, el diseño
o la jugabilidad- pueden venir dadas por los múltiples usos que la sociedad
hace de los videojuegos, como puedan ser el desarrollo psicomotriz, la ampliación
de los reflejos, las simulaciones, así como por la transmisión de valores, como
podrían ser, la sostenibilidad medioambiental, la proyección de una determinada
visión del mundo, y los modos de crear un foro público.
Paradójicamente, al menos a mi modo de ver, desde la
perspectiva que me ha dado la experiencia de seguir durante un tiempo prolongado el desarrollo técnico de este tipo de proyectos, la evolución y la
profesionalización de los entornos y herramientas interactivas, comenzando por
la propia web, así como los lenguajes de programación, generaron en los últimos
tiempos una curva de aprendizaje demasiado pronunciada para un tipo de
estudiante que
no estuviera directamente ligado al mundo de la programación, dificultando en
gran medida la producción final de los proyectos.
Trasnochada por el consumo de un ciclo tecnológico, la figura del programador creativo se diluye ante la imposibilidad de abarcar con solvencia contextos que han madurado por obra de una industria pletórica y una tecnología vertiginosa.
En cierto modo, el contexto académico se ve obligado a reproducir un reflejo de esta realidad profesional, consistente en colaborar con otros socios, en este caso, el programador, y esto hace demasiado complejo llegar a buen puerto este tipo de experiencias didácticas de proyecto si no se trabajan por separado estas figura y no existe un marco adecuado para generar puestas en común.
Trasnochada por el consumo de un ciclo tecnológico, la figura del programador creativo se diluye ante la imposibilidad de abarcar con solvencia contextos que han madurado por obra de una industria pletórica y una tecnología vertiginosa.
En cierto modo, el contexto académico se ve obligado a reproducir un reflejo de esta realidad profesional, consistente en colaborar con otros socios, en este caso, el programador, y esto hace demasiado complejo llegar a buen puerto este tipo de experiencias didácticas de proyecto si no se trabajan por separado estas figura y no existe un marco adecuado para generar puestas en común.
Pero el panorama ha cambiado, y la vuelta de ciertos formatos de videojuegos ha
llegado de la mano de una serie de factores
coincidentes en el tiempo: una
tecnología muy física, basada en sensores, pantallas táctiles, realidad aumentada y sencillez
de uso; una demanda de unos títulos más familiares, para todas las edades y para jugadores de amplio espectro; y los nuevos nichos de mercado y distribución
que han supuesto estos dispositivos táctiles, como son los móviles y tablets. Todo esto implica un nuevo modelo de negocio, que hace
recuperar una serie de formatos que se alejan de la gran industria, y que
realmente fundan su éxito en que requieren unos costes humanos y tecnológicos de
producción relativamente pequeños.
Y es por ello que la aplicación que voy a presentar en este
post tiene mucho interés desde el punto de vista educativo para la creación de
videojuegos: My Doodle Game.
My Doodle Game es
una aplicación creada por Games Creators
disponible en la App Store para
crear videojuegos de manera muy sencilla para iPad. Sus opciones permiten crear
nuevos proyectos editarlos y probarlos, y ofrece a modo de librería, todas las
opciones clásicas de interactividad típicas y recurrentes de los juegos de
plataformas, niveles y acción lateral, permitiéndonos dotar a los elementos de
un grado de interactividad con una relaciones interactivas causa-efecto realmente
interesantes sin entrar en temas de programación.
El planteamiento de My
Doodle Game convierte sin duda a esta aplicación en una herramienta de
creación de videojuegos muy interesante desde el punto de vista pedagógico, ya
que permite a alumnos de todas las edades abordar una disciplina compleja focalizando el interés en cuestiones como el
diseño, el concepto y la idea, y el proceso, pero este último con el interés
añadido de que se puede simplificar a niveles ínfimos, ofreciendo igualmente
prestaciones que dan respuesta solventando necesidades concretas, algo hasta
ahora que ningún software de diseño con entorno de programación incorporado
había conseguido resolver bien para la era 2.0.
Este vídeo muestra una interesante experiencia con niños de una escuela
de Alaska, donde un grupo de niños, aprende a diseñar juegos mediante el uso combinado de iPad y la herramienta My Doodle Game.
En este otro vemos un ejemplo que deja ver el proceso de creación y el resultado que se puede obtener de la aplicación.
Link de la App >> http://bit.ly/yRlENo
Link de Game
Creators >> http://www.thegamecreators.com/
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