Los gestores de
aprendizaje que podríamos llamar “generalistas” parecen presentarse como un
producto que puede cubrir las necesidades de cualquier docente/institución que piense
en la implantación de un VLE para desarrollar o apoyar su proceso educativo. A
la vez, intentan diferenciarse del resto de gestores por alguna cualidad única,
que haga que ese docente/institución se decante por ese gestor y no por otro.
Pero, si son “generalistas”, ¿por qué tantas opciones? ¿por qué desarrollar
cualidades distintivas? ¿es esa generalidad ficticia?
El mundo de los
gestores de aprendizaje es amplio, pero a día de hoy el mundo de la educación
aún lo es más. Me explico: para un curso universitario estándar, donde el
grueso de los contenidos, los apoyos a estos o la misma evaluación se puede
presentar por escrito, elegir uno u otro de los gestores antes expuestos puede
llegar a ser una cuestión de “gusto”. Pero cuando al profesor de música, de
mecánica, de danza, de laboratorio… le nace en la cabeza la idea de crear un
curso 100% online que realmente pueda valerse por sí solo, estos gestores, en
principio con apariencia generalista, se llenan de carencias.
En este sentido,
Moodle puede ser quizás el que da un paso adelante gracias a la posibilidad de
agregar módulos que amplíen las características de la versión estándar de este
gestor. Un docente que quiera crear un curso sobre una rama educativa que
precise de recursos especiales, puede quizás encontrar dentro del abanico de
módulos disponibles para Moodle la respuesta a sus necesidades. Sin embargo,
esto es sólo la teoría, pues si lo llevamos a la práctica, cuando buscamos algo
muy concreto estos módulos no son tan numerosos, y si con suerte encontramos
alguno aparecen otros problemas: carecen de forma de relacionarse unos con
otros y además las distintas versiones de éstos y del propio Moodle hacen a
veces difícil su instalación y crean desconfianza en cuanto a la forma en que
se comportarán cuando se produzcan actualizaciones de la plataforma…
Hace cuatro
semanas no tenía experiencia (como docente) con ningún gestor de aprendizaje. En
estas cuatro semanas he aprendido mucho, la verdad es que sí, y soy ahora más
consciente… ¡de que cada día parezco estar más perdido!
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