Entre los cuatro gestores propuestos (Lams, Sakai,
Claroline y Dokeos), definitivamente me quedo con Claroline y, quizás, con
Dokeos. Estas son las razones:
Lo primero que hay que anotar es que Claroline es
sencillo. Construido de manera que su uso sea intuitivo y práctico, su
simplicidad y la rapidez con que nos permite manejarlo es asombrosa. De hecho,
se considera a nivel general más fácil de utilizar que Moodle (http://www.claroline.net/2012/07/06/claroline-vs-moodle-conferencia-del-pr-m-gendron/?lang=es).
La sencillez de Claroline se percibe desde su instalación, contando con una
documentación clara y extensa (http://www.tecnologiapyme.com/software/plataforma-de-e-learning-claroline-de-codigo-abierto).
Claroline propone además un display claro y eficaz, tanto para estudiantes como
para el maestro (que puede verificar en cualquier momento cómo el estudiante ve
su pantalla). Otra ventaja de Claroline es que permite definir, con mucha mayor
facilidad que Lams, itinerarios de aprendizaje. Como desventaja anotaría que
Claroline falla en la construcción de ejercicios y evaluaciones, que resulta
engorrosa y presenta pocas opciones de evaluación (http://www.claroline.net/2012/07/06/claroline-vs-moodle-conferencia-del-pr-m-gendron/?lang=es).
Y con esto pasamos a Dokeos, que ofrece múltiples y
numerosas alternativas en ejercicios y evaluaciones. En realidad, la gran
riqueza de Dokeos consiste en la capacidad que tiene para integrar muchísimas
opciones de todo tipo y en presentar una opción mucho más rica visualmente con
múltiples palntillas y una presentación llema de íconos e imágenes (https://observatorio.iti.upv.es/media/managed_files/2008/10/06/comparativamoodle-dokeos.pdf)
. La gran desventaja de Dokeos consiste
en la incapacidad para procesar las calificaciones de los estudiantes (http://taec.com.mx/blog/2009/04/moodle-vs-dokeos/)
pero desde mi experiencia de usuario, su gran problema consistió en la enorme
dificultad para integrar módulos a las actividades. Por otro lado, la
organización de la pantalla no me pareció intuitiva ni clara y al usar la
opción de estudiante me pareció más confuso aún, sobre todo si se busca un aula
virtual estructurada por temas diferenciados.
Las otras dos, Lams y Sakai, me parecieron tortuosas
y poco intuitivas, con el agravante en Lams de que, si no se conoce el tutorial,
es imposible descubrir cómo funciona y no guarda hasta que no se den las instrucciones
precisas que el programa espera, sin mostrar cómo lo hace.
Pero claro, yo soy solo una profesora de secundaria,
a quien le bufan los computadores.
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