El
caso de titular así la entrada viene dado por la necesidad de
evaluar, de forma muy personal, una herramienta que nos lleva
acompañando a los “profanos” de la educación a través de las
nuevas tecnologías desde las primeras experiencias. El título se
asemeja a las impresiones de un niño hacia cualquier aspecto
cotidiano de la vida, esas redacciones que nos mandaban los maestros
en nuestra infancia y que no dejan de ser percepciones personales de
seres que aún no han descubierto su mundo al completo. Aquí el
paralelismo, se nos sugiere evaluar Moodle aún cuando andamos en
pañales tecnológicamente hablando.
De
ventajas e inconvenientes está el mundo lleno. Y hablar de la
experiencia es hablar de cuestiones tan personales como subjetivas.
Así, después de leer las maravillosas entradas de todos los
compañeros, me queda claro que Moodle tiene ventajas notables. E
inconvenientes sustanciales.
Bien
es sabido que la gratuidad y facilidad para disponer de Moodle lo
hacen una de las herramientas más utilizadas (a esto añadimos la
amplia comunidad existente) en cuanto a LMS se refiere. Como
inconveniente, resaltar la dificultad que se presenta al manejo de
usuario (para no-iniciados como un servidor) a la hora de adoptar el
rol de profesor.
Más
allá de las cuestiones descritas, que no dejan de ser percepciones
personales sobre una plataforma en concreto y que, como todo, va a
depender de los gustos de cada uno, me gustaría resaltar una
cuestión lanzada por el profesor de la asignatura y que tiene
relación con la utilización de Moodle o la utilización de las
redes sociales y herramientas web 2.0 aplicadas a la educación.
Para
empezar, he de decir que Moodle fue la primera y casi exclusivamente
la única plataforma que he utilizado a la hora de experimentar la
enseñanza online. Como dicen que las primeras relaciones son las que
más marcadas quedan en las personas, en mi opinión Moodle es una
excelente herramienta para llevar a cabo un proceso (eso sí,
cerrado) de enseñanza-aprendizaje.
La
sencillez a la hora de abordar contenidos (eso sí, cerrados), de
evaluar conocimientos mediante diferentes instrumentos o participar
en discusiones relativas al objeto de estudio (esto también,
cerradas a usuarios registrados) es innegable.
Pero
ante las posibilidades que nos ofrecen las redes sociales y la Web
2.0 cabe preguntarse: ¿es imprescindible Moodle en este contexto?
Evidentemente
no. En mi opinión, además de las desventajas citadas por los
compañeros, tenemos que sumar las siguientes, frente a las ventajas
que nos ofrecen las redes sociales aplicadas a la educación:
- Los recursos del aula en Moodle no son accesibles desde el exterior, por lo que resulta imposible interactuar (comentar, destacar, replicar, votar, etc.) “in situ”, o algo fundamental como poder enlazar dichos recursos desde el exterior.
- No existe “vida social” en la comunidad educativa fuera del aula. La única relación posible es entre alumnos y profesores de un mismo aula.
- No hay la posibilidad de “buscar” en la plataforma personas y recursos de interés, o de recibir recomendaciones.
- No hay posibilidad de suscribirse y seguir la actividad pública de una persona o de un grupo de interés (sin pertenecer al grupo).
Es
posible que la entrada haya discurrido por otros derroteros
diferentes a “cosas buenas y cosas malas de Moodle”, pero me
parecía interesante realizar una reflexión personal sobre la
situación actual de los LMS que podemos disponer hoy en día y
contraponer las posibilidades que ofrecen las redes sociales. Para
finalizar y como mencioné con anterioridad, todo depende de los
gustos, necesidades y percepciones individuales de cada persona; y es
esto lo que a fin de cuentas nos hará destacar las maravillas y
miserias de las herramientas de las que disponemos.
Fuentes
consultadas:
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