Aunque ya había sido probado en una práctica anterior, desde mi punto de vista, Moodle ofrece un aspecto 1.0 que no se asemeja a las aplicaciones y servicios que manejamos hoy en día en la web 2.0. Le falta ese componente social del que estamos hablando cada vez más para poder hablar de un aprendizaje colaborativo. Tiene carencias. De los LMS que se propone conocer en esta asignatura es el que más conocía. Puede ser muy potente, con la integración de determinados módulos. Y los informes que genera son bastante exhaustivos. Aunque efectivamente Moodle tiene carencias en lo que se refiere a la personalización.
¿De los demás? En el poco tiempo que he podido dedicarles, he de decir que LAMS, como ya habéis comentado, tiene la opción de crear un flujo de aprendizaje. Y en un curso online puede resultar de utilidad, cuando tu alumnado no está delante de ti en un aula física.
Claroline y Dokeos me han llamado la atención por su facilidad de uso y de configuración. Es decir, muy fáciles de usar para alumnado y docentes.
Con Claroline y LAMS puedes crear una secuencia ordenada de aprendizaje. Tal vez Sakai es el que, desde mi punto de vista, menos aporta: sí que se pueden integrar diferentes "módulos", aunque lo veo como un mero repositorio.
Hay otros gestores de los que no se han hablado en la asignatura, como Chamilo, muy utilizado en Latinoamérica, y destaca por su facilidad de uso.
La comunidad que da soporte a Moodle unido a su popularidad, creo, son factores decisivos para que, en muchas ocasiones, se decida "casi a ciegas" su utilización.
Quiero finalizar esta entrada diciendo que podemos animarnos a usar un LMS social, o una red social en nuestros cursos. Como nos cuenta Carlos López Ardao (profesor de la ETSE Telecolunicación de UVigo), prefiere usar una red social y no un LMS. Y estoy totalmente de acuerdo.
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